Andrés Menéndez y João Fonte se enfrentan a uno de los momentos más difíciles de una prospección arqueológica de campamentos romanos. Pasar del modelo digital visto en el LIDAR (limpio, sin vegetación, en el que los relieves se resaltan) a identificar lo mismo en superficie, con vegetación, cambios de luz. Están en Cueiru, un posible castra aestiva –un campamento temporal- de unas cinco hectáreas, que parece presentar también un recinto interior más pequeño y que controla un estrecho paso de la vía de la Mesa.
“Del LIDAR a lo que se ve en el yacimiento cambia mucho”, afirma Andrés Menéndez, uno de los directores de la intervención. “Aquí las estructuras se ven poco porque su desnivel está muy extendido y es muy difícil distinguir sobre el terreno”.
Así que nuestro equipo ha tenido que madrugar mucho para llegar al yacimiento con las primeras luces de la mañana. Cueiru se encuentra a bastantes kilómetros del primer núcleo habitado. Han tenido suerte. Con la luz rasante “se ven las sombras de algunos taludes muy claros y, desde enfrente, parte de la linea defensiva occidental”.
El equipo está poniendo un especial esfuerzo en reconocer sobre el terreno todo aquello distinguible para poder topografiarlo. El arqueólogo João Fonte es el responsable de dividir el enorme yacimiento en una cuadrícula que permite realizar la prospección superficial del terreno y anotar con máxima precisión la localización de cada hallazgo en su posición 3D. A amyores, “estamos intentando hacer una microtopografía de las zonas más visibles para comparar con el LIDAR”, señala Fonte, que indica que el objetivo es emplear distintas técnicas de levantamiento y medición para obtener información aún más detallada en campo que la que ofrecen las tecnologías de teledetección.
Joao Fonte y Andrés Menéndez confeccionando a microtopografía do sitio arqueolóxico.
“El recinto superior está bastante más fastidiado”, afirma Andrés Menéndez, que se está dejando los ojos para identificar cualquier mínima alteración del terreno. A partir de la cuadrícula que han levantado él y João Fonte, el resto del equipo busca en superficie materiales que puedan informar sobre la cronología del yacimiento, además de su estructura. Ya tienen los primeros resultados en sus manos. El yacimiento está hablando. Pero lo que cuente lo sabremos mañana.