Xacimentos, Hestories

La arqueología confirma que los romanos asediaron el castro del Cerro de Castarreño (Burgos)

► Es el quinto año de campañas arqueológicas en Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino.

► Los arqueólogos habían documentado previamente mediante fotografía aérea y otros métodos no invasivos diversas estructuras rodeaban el castro por espacio de al menos 6 km, así como varios posibles campamentos romanos.

► Las prospecciones y excavaciones desarrolladas en el lugar han sacado las defensas construidas por los romanos para conformar este gran despliegue de ingeniería militar, así como restos del equipamiento de los soldados romanos.

Olmillos de Sasamón, Burgos, 13 de septiembre 2021. El equipo de arqueólogos dirigidos por Jesús García Sánchez (Instituto de Arqueología, Mérida-CSIC) y José Manuel Costa-García (Universidad de Salamanca) ha concluido su quinta campaña anual de prospecciones y excavaciones en la comarca segisamonense. Esta intervención, financiada por la Diputación de Burgos y los Ayuntamientos de Sasamón, Olmillos de Sasamón y Villasandino, ha estudiado una serie de vestigios arqueológicos documentados mediante prospección aérea alrededor del Cerro de Castarreño (Olmillos de Sasamón) y que habrían formado parte de un dispositivo de asedio romano.

Doble línea de fosos documentada desde el aire mediante drones

Mediante el uso de distintas técnicas de teledección –incluyendo drones-, los arqueólogos han documentado una doble línea de fosos que, por espacio de más de 6 km, rodeaba el castro por completo con el objetivo de rendir a sus ocupantes. A tramos regulares se han identificado varios campamentos donde estarían acantonados los ejércitos invasores. Asimismo, se ha documentado una segunda doble línea defensiva construida por los romanos para impedir cualquier ataque desde el exterior mientras las tropas se concentraban en la toma del castro.

Aunque en la península ibérica se han documentado otros escenarios de asedio de época romana -casos de Numancia (Soria) o La Loma (Santibáñez de la Peña, Palencia), el paralelo más próximo –cronológica y morfológicamente hablando- parece ser el cerco de Alesia (Francia), mandado construir por Julio César a mediados del siglo I a. C. durante su célebre conquista de las Galias.

Estructuras romanas documentadas alrededor del Cerro Castarreño

Para confirmar estas hipótesis, durante la campaña arqueológica de 2021 se han prospectado con métodos geofísicos las mencionadas estructuras. Las prospecciones geofísicas con georradar y magnetómetro son métodos en auge, pues permiten obtener imágenes tridimensionales del subsuelo sin necesidad de excavaciones, ayudando a los arqueólogos en su labor de identificar las estructuras soterradas. Hasta la fecha, los miembros del equipo han prospectado con georradar lugares tan emblemáticos como la necrópolis de Pinilla Trasmonte, complejos vilicarios en Almenara de Adaja o amplios sectores de la ciudad romana de Segisamo (Sasamón), revelando sus calles y edificios. La prospección geomagnética se realizó en colaboración con el Laboratorio de Arqueología no invasiva (MINARQLAB) del CSIC-IAM.

El campamento de Los Andinales (Villasandino). Resultados de la prospección por magnetometría.

A continuación, se han excavado seis sondeos arqueológicos con el objetivo de documentar de primera mano las estructuras construidas por los romanos, comprender su morfología, recuperar elementos de cultura material relevante –tales como cerámicas o útiles de metal- y tomar muestras para la datación por radiocarbono y termoluminiscencia de los antiguos fosos. Estos métodos de datación permiten conocer con bastante precisión cuándo se construyeron las estructuras.

Un pasado por (re)descubrir

Hasta el momento, únicamente se contaba con los escritos fragmentarios de algunos autores griegos y latinos para reconstruir la historia de la conquista de estas tierras. A partir de estos registros sabemos que los romanos conquistaron el centro peninsular e finales del siglo II a. C., pero la comarca del Odra-Pisuerga no quedaría definitivamente integrada en el Imperio Romano hasta finales del siglo I a. C. Esta integración supuso notables cambios en el paisaje. Los viejos poblados de la Edad del Hierro -como el oppidum del Cerro Castarreño (Olmillos de Sasamón)- fueron abandonados en favor de otro tipo de núcleos de cuño romano -como la recién fundada ciudad de Segisamo (Sasamón)-. Además, aparecieron nuevas infraestructuras públicas -vías, acueductos, etc.- y comenzaron a explotarse los campos de forma más intensa con el objetivo de obtener productos agrícolas con las que alimentar a la creciente población.

Sin embargo, los trabajos desarrollados por los arqueólogos parecen indicar que este proceso de transición pudo no haber sido pacífico. Durante las campañas de 2018 a 2020, se abrieron varios sondeos en el Cerro de Castarreño, donde fue posible documentar una completa secuencia de ocupación del lugar entre los siglos VIII a.C. y I d.C. En los niveles más recientes, datados entre los siglos I a.C. y I d. C., se documentaron varias piezas de equipamiento militar romano –como las tachuelas que claveteaban las sandalias de los legionarios romanos o puntas de flecha-, haciendo saltar todas las alarmas. La presencia del ejército en este lugar se desconocía hasta la fecha y su misión pudo haber sido la de tomar el castro.

Los trabajos arqueológicos en el lugar de Los Andinales (Villasandino)

La campaña de 2021 viene a confirmar este punto. Las excavaciones han permitido comprobar que los alineamientos identificados mediante fotografía aérea se corresponden con fosos defensivos. Aun con variaciones, tienen una característica sección en V y en el fondo es posible documentar una arqueta de paredes verticales. Aquí se instalarían punzones de metal o estacas de madera. Igualmente, las paredes de los fosos se cubrirían con obstáculos semejantes. Al interior, con la tierra extraída de los fosos, se habría construido un terraplén coronado por una empalizada. Sin embargo, solo en uno de los sondeos ha sido posible documentar esta estructura, ya que la arada ha arrasado las demás. En uno de los sondeos se ha excavado además un antiguo pozo que pudo haber sido usado por los romanos para dar de beber a sus tropas y animales de carga. En su conjunto y bien guarnecidas, las defensas documentadas serían un obstáculo formidable para cualquier atacante.

Doble foso documentado en Los Andinales (Villasandino, arriba) y Villa María (Sasamón, abajo). Reconstrucciones 3D por fotogrametría.

Durante las intervenciones se han documentado además algunos interesantes elementos de cultura material, tales como cerámicas que nos remontan al siglo I a.C. o el mismo tipo de tachuelas recuperadas años atrás en el Cerro. Se han tomado asimismo numerosas muestras para intentar datar las estructuras y los rellenos de los fosos con dos métodos punteros -carbono 14 y termoluminiscencia ópticamente estimulada- así como para realizar estudios polínicos. Sus resultados ayudarán a contextualizar mejor estos yacimientos y su medio ambiente en la antigüedad.

Algunas tachuelas pertenecientes al calzado de los soldados romanos halladas durante la intervención.

Un proyecto consolidado

En anteriores campañas (2017 a 2020), los arqueólogos estudiaron numerosos yacimientos en la campiña de Sasamón. Así, se estudiaron dos enclaves relacionados con el ejército romano (Carrecastro y Santa Eulalia), se prospectó el área urbana bajo el actual pueblo de Sasamón y se iniciaron los trabajos de excavación en el Cerro. Para ello se emplearon fotografías aéreas modernas y antiguas en color y en infrarrojo, imágenes satelitales y reconstrucciones 3D del territorio a partir de datos LIDAR. Se han usado, además otras técnicas sofisticadas y novedosas como la prospección geofísica o la generación de cartografías a partir de fotografías tomadas por medio de drones.

De este modo se ha logrado conocer mejor el urbanismo romano de Segisamo -identificándose las trazas de sus calles y edificios-, reconocer la existencia de antiguos campamentos romanos e incluso recuperar materiales relacionados tanto con el ejército como con la vida cotidiana durante la Antigüedad. Las excavaciones en el espolón septentrional del Cerro de Castarreño -donde actualmente se encuentran las antenas de telefonía- permitieron documentar un potente foso excavado en el páramo y de un talud situado al interior del mismo. Numerosos materiales arqueológicos –cerámicas, metales, huesos- fueron recuperados en el proceso.

Las campañas arqueológicas sirven asimismo para la formación de nuevos arqueólogos. Estudiantes y profesionales de diversos países (Reino Unido, República Checa, Alemania, Holanda, Portugal, España, Estados Unidos, Bulgaria, Italia) e instituciones, así como de distintos puntos de la geografía nacional, han formado o forman parte de este proyecto.

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