Roma no vino aquí a nada. Detrás de la conquista hay unos intereses que mueven al naciente Imperio a desplegar todas sus fuerzas sobre un pequeño rincón en los confines occidentales de Europa. Entre esos objetivos estaban los abundantes yacimientos de oro del Noroeste ibérico, especialmente ricos en zonas como la comarca leonesa de Cabreira. Con el fin de estudiar el impacto de la conquista y las profundas transformaciones que la siguen, el pasado mes de agosto nuestros compañeros Andrés Menéndez, Valentín Álvarez y David González excavaron en el poblado fortificado de El Castru (La Cuesta, León).
La intensísima actividad minera de este territorio en los siglos I y II d.C., con complejos productivos tan notables como los de las faldas del Teleno, implicó unos cambios radicales en los poblados preexistentes y la fundación de otros asentamientos nuevos. El importante recinto fortificado de El Castru no fue ajeno a ello, a la vista de las abundantísimas escorias de hierro localizadas en su entorno. Por esta razón fue escogido para abrir un sondeo valorativo que pudiera dar pistas acerca de su potencial arqueológico, que se mostró impresionante. Hasta el momento, la breve campaña realizada este verano permitió sacar a la luz parte de una estancia que, a juzgar por la gran cantidad y tipología de los materiales encontrados, puede considerarse un almacén de época romana.
La intervención ha sido financiada por el Ayuntamiento de Truchas, la Junta Vecinal de La Cuesta y el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León. Actualmente los materiales están en proceso de estudio y se está considerando la preparación de nuevas campañas dados los excelentes resultados obtenidos.
Como complemento a la excavación se ha realizado una prospección del territorio que facilitase la contextualización del yacimiento. Esto nos ha permitido localizar e inventariar para su protección un nuevo campamento militar temporal romano en el valle del río Eria.