Sítios, Histórias

Los montes de Orăştie (Foto: Dr. Ioana Oltean)

En este momento, me encuentro haciendo trabajo de campo en Rumanía, como parte de un proyecto en el que colaboran las universidades de Exeter (Reino unido) con la Dr. Ioana Oltean y Babeş-Bolyai (Cluj-Napoca, Rumanía) con el profesor Dr. Gelu A. Florea. ). Se relaciona también con mi proyecto postdoctoral para comparar diversos paisajes considerados “marginales” desde el punto de vista de la romanización.

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Sítios, Histórias

Hemos vuelto a las tierras del Odra-Pisuerga. Como recordaréis, en agosto de 2017 exploramos las estructuras militares romanas situadas en la comarca de Sasamón (Burgos), bajo la impresionante presencia del Cerro Castarreño. En su cumbre existe un oppidum –gran castro- que nuestro compañero Jesús García comenzó a prospectar en 2008 con motivo de su tesis doctoral, recuperándose numerosos materiales de la Segunda Edad del Hierro. Aquí, las fotografías aéreas tomadas en 2011 y 2012, la prospección geofísica de 2017 y un nuevo vuelo con dron en 2018 muestran la presencia de anomalías que podrían corresponderse con un foso y un muro de piedra. Esta posible fortificación guarda un enorme interés para nosotros, pues esta comarca jugaría un importante rol en las primeras fases de las Guerras Astur-cántabras (29-19 a.C.), tal y como diversos autores clásicos expresan en sus escritos. Por tanto, nos interesa conocer la secuencia de ocupación y abandono de este castro pre-romano (seguramente la Segisama de los Turmogos) en el contexto de la presencia militar romana, atestiguada en los campamentos de la zona.

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Sítios, Histórias

El trabajo de laboratorio de romanarmy.eu no es sólo arqueológico! Seguimos procesando datos sobre nuestra intervención en el campamento romano de A Penaparda (A Fonsagrada). Ya sabéis que en nuestro colectivo no sólo tratamos de innovar con tecnologías para localizar sitios arqueológicos, sino también en el propio proceso de comunicación.

Aquí os presentamos nuestro primer vídeo en 360º, en el que tú estás en el centro de nuestra experiencia arqueológica. Es un experimento audiovisual que te lleva a nuestro trabajo en A Fonsagrada, siguiendo el camino del equipo desde el bar en el que desayunamos hasta el coche en el que marchamos del campamento. Nos puedes ver interpretando los sondeos, y también las estructuras que se distinguían sobre el terreno.

Intentamos sacar provecho de algunas de las posibilidades de la tecnología de grabación en 360º y ver cómo nos pueden ayudar a contar mejor la práctica de la arqueología. Aún es un experimento, en el que debemos mejorar muchas cosas, pero es una de las primeras experiencias en España (que nosotros sepamos) en emplear esta técnica para contar historias de trabajo de campo en arqueología. Y ya os adelantamos que no será la última.

< strong>¿Cómo verlo?strong>

Pues de muchas maneras. La mejor es con el móvil, unas gafas de realidad virtual y unos auriculares. Esa es la manera de estar más cerca de nosotros en el vídeo. 😉 Pero también con el móvil, si lo mueves a tu redor, podrás experimentar también la dimensión espacial.

Sítios

Santiago de Compostela, 24 de octubre de 2017. Arqueólogos de diferentes universidades europeas reunidos en el colectivo romanarmy.eu investigarán en la primera semana de octubre un campamento romano de grandes dimensiones localizado en el ayuntamiento de A Fonsagrada (Lugo) y desconocido hasta su descubrimeinto a finales de 2015. El campamento, localizado en una zona denominada A Penaparda, se encuentra a 865 metros de altitud y ocupa más de 10 hectáreas de terreno, el equivalente a más e doce campos de fútbol. Es uno de los más grandes localizados hasta el moemnto en territorio gallego, aún que prte del mismo penetra en el concejo asturiano de Santa Eulalia de Oscos. El proyecto, promovido por el ayuntamiento de A Fonsagrada y financiado por la Diputación Provincial de Lugo, se desarrolla bajo la coordinación científica del grupo de investigación Síncrisis, del Departamento de Historia da Universidade de Santiago, con la colaboración del Instituto de Ciencias do Patrimonio (INCIPIT) del CSIC.

Parte de una línea de avance legionaria
de acuerdo con los investigadores, el campamento de A Penaparda tiene las dimensiones suficientes como para albergar una legión completa, con más de cinco mil soldados, y la investigación parte de la hipótesis de que se pueda tratar de un asentamiento militar temporal de época romana altoimperial (entre los siglos a.C. y III d.C.). La fortificación, que se se encuentra muy degradada sobre o terreo y que sólo pudo ser localizada a partir del estudio de la fotografía aérea y especialmente gracias a la tecnología LiDAR, conserva aún las características puertas en clavícula que definen a los campamentos de marcha de las legiones.

Los arqueólogos creen que A Penaparda puede ser evidencia de una línea de avance de un gran contingente militar romano a través de las montañas de la actual zona fronteriza entre Galicia y Asturias . El objetivo de la campaña arqueológica será tratar de obtener datos que permitan afinar la cronología de la fortificación. Un primer estudio sobre A Penaparda y otros nuevos campamentos romanos en Galicia aparecerá próximamente en la revista académica Gallaecia, del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Compostela.

Una nueva visión de la conquista romana del noroeste peninsular
El grupo de investigación romanarmy.eu reúne a un grupo de arqueólogos profesionales, investigadores y profesores universitarios de las universidades de Santiago de Compostela, Oviedo, Braga (Portugal), Durham, Exeter, Edimburgo, Newcastle (Reino Unido) o Leiden (Países Bajos). La presencia del ejército romano en el noroeste de la Península Ibérica, destacando los episodios de conquista e invasión que terminaron con el dominio efectivo romano sobre toda Hispania en los días del emperador Octavio Augusto. En los últimos años, el colectivo ha localizado numerosos campamentos romanos, hasta ahora inéditos, en el territorio de la antigua Gallaecia, ofreciendo una nueva visión sobre la presencia de las legiones romanas en este territorio. Durante mucho tiempo se consideró que el área de la actual Galicia había sido ajena a las campañas militares de la conquista romana, que se habrían desarrollado casi exclusivamente en Asturias, León y Cantabria.

Actividades de difusión
Entre las actividades de difusión que se llevarán a cabo, destacan las emisiones en directo a través del Facebok Live de romanarmy.eu, al tiempo que se llevarán a cabo experimentos de comunicación, como la realización de un pequeño documental experimental en torno a la experiencia de la investigación arqueológica, filmado en 360 grados para visualizarse con gafas de Realidad virtual. Todas las novedades podrán consultarse en la página web del grupo: www.romanarmy.eu.

Además, se realizará una charla explicativa para los vecinos el viernes 6 de octubre por la tarde a las 19:00 en el Salón de Actos dos Chaos y una visita guiada el sábado 7 de octubre por la mañana a las 11, que partirá de la iglesia de San Cibrán da Trapa.

Sítios, Histórias, Técnicas

Análise visual de Outeiro de Circo. Foto: Rebeca Blanco

Exactamente iso foi o que pensamos nada máis chegar á casa, logo de descargar todas as cousas no laboratorio, gardar equipos e ferramentas e, por suposto, darlle unha lavada ao coche, que trouxo consigo medio val do Támega en forma de po. Rebeca adoita facer un cálculo, moi polo aire, segundo o cal por cada semana de traballo en campo correspóndense tres de gabinete, isto é, de procesado dos datos recollidos. Pero claro, falamos de semanas correntes, eses unicornios brancos con xornadas diarias de 8 horas, practicamente inexistentes en arqueoloxía.

Queda moito por facer, por iso foi importante organizarse canto antes. En primeiro lugar tivemos que xuntar todos os datos recompilados en campo e comprobar que non faltase nada. Por un lado, revisáronse as notas de campo, os rexistros de materiais, os datos do GPS e as fotografías… procurando que todo fose accesible en formato dixital; por outro comprobouse que as pezas e mostras recollidas estivesen ben identificadas, pensando no seu procesado posterior.


Puntos GPS obtidos no Outeiro de Arnás

E aí comezou o verdadeiro reparto de tarefas. João xestiona nestes momentos todos os aspectos relacionados coa toma de puntos co GPS submétrico. A maioría deses puntos tomáronse co obxectivo de elaborar modelos dixitais do terreo, cos que se poderán elaborar desde planimetrías ata modelos 3D dos sitios prospectados. Outros refírense ás evidencias materiais documentadas sobre o terreo, o que nos permitirá coñecer non só os lugares onde apareceron, senón tamén saber os motivos polos que se producen esas acumulacións dentro dos sitios.

De forma complementaria, Manuel procesa toda a documentación gráfica obtida co dron, centos de fotografías que non so nos permiten ter una perspectiva totalmente diferente dos sitios, senón que tamén servirán para elaborar novos modelos dixitais. O outro día andaba argallando como presentar de forma máis didáctica estes mesmos modelos.


Modelo 3D do Outeiro de Arnás (sen texturas)

Comentábame onte Rebeca que as mostras xa están preparadas para a súa análise e que Erik, inseparable da improvisada forcada artesanal que trouxo de Arnás, comezará nos próximos días o proceso de fotografado en detalle e documentación dos materiais. Consciente dos prazos que nos marcan as autoridades, coordina ela agora tamén o informe valorativo que teremos que entregar nun mes escaso. Nel explicarase con detalle todo isto que vos vimos contando desde o inicio dos traballos: localización dos sitios, métodos e técnicas usados, descrición das estruturas e materiais, etc.

E aquí é onde me atopo eu, a máis de 1500 qm de Verín, traballando nese mesmo informe. E mentres escollo algunhas fotografías para ilustrar un capítulo que veño de redactar, vexo tamén outras imaxes, máis informais, que me fan recordar o agarimo co que fomos acollidos. Afástame destes pensamentos unha serie de mensaxes no grupo de whatsapp. Parece ser que o equipo, revisando algúns artigos, atopou algúns paralelos arqueolóxicos interesantes que nos axudarán a comprender mellor o Alto do Circo e Outeiro de Arnás. Estamos afeitos a traballar así, en tempo real, coa seguridade de que cada día esconde algo novo e coa secreta ilusión de que os nosos pasos nos volvan levar ao Támega.

Por José Manuel Costa

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O Alto do Circo cando te achegas desde a serra

No momento no que o Alto do Circo era un espazo vivo, a súa visión debía ser monumental e espectacular. Cando chegabas a este outeiro pendurado sobre o val de Verín desde os propios montes, o primeiro que vías era un talude sobre o cal se levantaba unha estrutura pétrea parecida a unha muralla, que acada unha anchura de catro metros. A montaña, polo tanto, percibíase totalmente artificializada. E tanto no talude inferior como na muralla superior, fiadas de seixo branco que refulxen ao sol.

João Fonte detivo o coche no primeiro punto no que, desde a pista forestal, se ve o sitio arqueolóxico. “Efectivamente”, musitou algún dos membros do equipo. Os dous días anteriores estiveran traballando intensamente neste lugar, redefinindo a estratexia de intervención para facer fronte a un espazo con demasiada maleza e aparentemente moi mudo na cultura material. Ese efectivamente referíase ao efecto aínda espectacular do seixo fulgurando ao sol da mañá do val do Támega, unha vez desbrozada a penas unha área mínima daquela estrutura. Os primeiros visitantes que se achegaron por alí o sábado tamén foi o primeiro que dixeron. “O seixo!”. E aquí está a primeira das preguntas, das innumerables que nos fixemos co Alto do Circo. ¿Hai unha intencionalidade clara no uso dese seixo? O equipo de arqueólogos percibiu durante os días de traballo que si había unha vontade “escénica” ao modificar a montaña pero, sería o seixo a guinda dese pastel?


As dúas estruturas nas que centramos a intervención

Como dicimos, unha das numerosas preguntas. Así coma no Outeiro de Arnás a combinación de morfoloxía defensiva coas evidencias físicas axudaron a facilitar a interpretación como castellum militar romano, marchamos do Alto do Circo fascinados pero intrigados. Non sabemos a época. Non sabemos o uso. Só sabemos que unha importante estrutura pétrea envolve, a media ladeira, un outeiro que non foi usado, moi posiblemente, como lugar de habitación. “Para selo, a muralla tería que estar ubicada na zona alta para, entre outras cousas, servir de paraventos”. E mellorar a protección. O solo, todo de esquisto moi fragmentado, fai imposible que no seu interior se poidan apreciar, alomenos sen limpar, estruturas arqueolóxicas claras. Así que o Alto do Circo foi construído cun sentido descoñecido para nós, pero arqueoloxicamente a campaña permítenos avanzar que o fixeron con vontade de resaltar, de monumentalizar e de impactar.


Vista cenital do Alto no que se percibe a estrutura amurallada facendo un “circo”


A estrutura amurallada na zona sen prospectar nin limpar

E iso é determinante. Porque cando estás en Alto do Circo é como se ao mesmo tempo estiveras en dous mundos: por unha banda, alá abaixo está o rico val do Támega, cheo de terras fértiles, de viño, de aguas termais; pola banda contraria, a paisaxe é de montaña, con valgadas, montañas, penedías e pasos estreitos.

E hai máis diferencias. No Outeiro de Arnás non puidemos recoller nin unha peza de folclore, apenas unha vaga referencia aos mouros. Todo diferente ao Alto do Circo, que ten unha estraña lenda que, tanto o recompilador da zona, Bruno P. Rúa, coma nós, nunca escoitaramos asociado a un lugar arqueolóxico. A referencia é tan intrigante como atractiva:

O Circo era usado polos mouros para entrenar aos seus cabalos, dándolle voltas arredor dos muros. E os Mouros facían as súas feiras no Alto do Circo, e vendían cabalos e tamén mineral.

En Galicia hai poucas Feiras de Mouros, aínda que alguna delas ofreceu arqueoloxicamente datos espectaculares, coma o Mercado dos Mouros, en Valga, vinculado a un primeiro punto comercial romano en época de Augusto. Pero a relación cos cabalos é máis estraña. O Alto do Circo tamén garda, ademáis, lendas de tesouros. Hai que dicir que estivo sempre moi vinculado á aldea de Feces de Cima, porque ademáis é a divisoria das parroquias. Malia non ter contacto visual co Alto do Circo, os veciños teñen moito aprecio a este estraño lugar.

A ausencia de materiais é notable. “Non documentamos materiais arqueolóxicos máis aló das estruturas”, sinala Blanco-Rotea, “unicamente aos pés do monte apareceron dous fragmentos de cerámica parduzca, feita a man, sen características suficientes para encadrala nunha cronoloxía ou outra. As tres pequenas sondaxes que fixemos só revelaron uns cravos e un fragmento de ferradura”. Agora ben o equipo recolleu mostras para aplicar a técnica do carbono-14. O carbono-14 non é necesariamente a panacea. Nunha pequena intervención arqueolóxica, na que as estruturas unicamente se limpan a nivel superficial, a probabilidade de erro das mostras pode ser importante.

Así que marchamos de Alto do Circo sorprendidos, estrañados, e con varias conclusións abertas.

A primeira é que a intervención permitiu determinar que non é unha instalación militar romana. Isto é importante porque en certa medida este sitio foi escollido porque había unha certa posibilidade de que puidera ser un espazo deste tipo (aínda que o equipo sempre a considerou menor que en Arnás).

E agora, entón, cando foi construído? Pois en aberto, e de forma moi prudente, o equipo de romanarmy manexa dúas hipóteses tamén moi abertas: un entorno do Bronce Final ou Ferro I (co cal estariamos nun momento do 1000-800 a.C.) ou se cadra, tamén de maneira dilatada, un periodo tardoantigo-altomedieval, máis próximo ao século VIII-IX. En poucas semanas disporemos da información das mostras. E estas nos permitirán avanzar na cuestión (e vós saberédelo).

Entrementres, anímaste a pensar connosco? A que época pensas ti que pertence?

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CLÁUSULA DE DIVULGACIÓN:

O “Proxecto de prospección arqueolóxica mediante técnicas de teledetección dos sitios arqueolóxicos de Outeiro de Arnás y Alto do Circo (Verín, Ourense)” coordínao o colectivo RomanArmy.eu e conta co apoio do: Concello de Verín (Ourense), Grupo de Investigación Síncrisis (Universidade de Santiago de Compostela), Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) do CSIC e a asociación Monterrei Cultura e Territorio. Podes consultar o décalogo de actuación de romanarmy.eu aquí.

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Romper la baraja: Outeiro de Arnás, un nuevo castellum militar romano

Pues lo prometido es deuda. Como os contábamos en la entrada anterior, trabajamos en la prospección de aproximadamente la mitad del recinto fortificado de Outeiro de Arnás. Una vez reconocido su perímetro y las interesantes estructuras de fortificación, con al menos dos zonas más elevadas de control -una de ellas un posible torreón-, llegó el momento de mirar al suelo.

A través de una prospección geomagnética fuimos documentado las posibles evidencias. Cada una de ellas fue cuidadosamente georreferenciada con un GPS submétrico, a partir de lo cual hicimos ocho sondeos seleccionando lugares donde los datos recuperados apuntaban una mayor densidad de hallazgos.

Y aconteció algo magnífico: un tipo de evidencia perfectamente relacionable con un horizonte cultural, así como con un contexto concreto. Pensemos un momento: ¿qué rastro puede dejar una pequeña unidad militar -de cualquier época- acantonada en un lugar durante un breve espacio de tiempo? Imaginemos, antes de seguir, cuál es el rastro que dejamos de nosotros mismos en un camping cuando nos marchamos, y cuánto sobrevivirá de ese rastro. Ahora imaginad trasladaros al pasado e intentar desentrañar lo que aconteció en un sitio de ocupación muy concreta y breve como debió ser Outeiro de Arnás. ¿Qué puede quedar de sus ocupantes después de cientos de años? Pues quedó esto:

Uno de los elementos más significativos de los legionarios romanos son sus caligae, las míticas sandalias “todoterreno”, muy fuertes, con las que los contingentes militares recorrieron medio mundo conocido. Estas sandalias estaban fortalecidas, en su zona inferior, con clavos o chinchetas que permitían una mayor resistencia del pié y un menor desgaste de los materiales. Se perdían con mucha frecuencia, así que los soldados recibían con frecuencia “provisiones” de clavos para su reposición. A diferencia de un arma, algo valioso y escaso, o de la cerámica -escasa, ya que eran asentamientos muy breves o de campaña-, los clavos de las sandalias de los legionarios son un excelente marcador en toda la península, no sólo para identificar la presencia romana en este tipo de recintos, sino que en algunos casos también para llegar a proponer hipótesis de cómo se produjeron avances de las columnas romanas durante asedios a recintos indígenas.

En la zona prospectada de Outeiro de Arnás un 20% de los materiales recogidos son romanos: tachuelas de sandalias militares. Como curiosidad, deciros que la proporción en otros recintos campamentales en los que intervenimos el año pasado (campamentos de Cueiru y El Xuegu la Bola en Asturias) es de un 10% entre todas las evidencias localizadas, inferior a lo reconocido aquí. Aquí están algunos ejemplos de las que nos encontramos en Outeiro de Arnás.


Fotos: Erik Carlsson-Brandt

En estos enlaces podéis saber más sobre las tachuelas de caligae como indicador arqueológico de la presencia militar romana:

RODRÍGUEZ MORALES, Jesús, et al. “Los clavi caligarii o tachuelas de cáliga: elementos identificadores de las calzadas romanas”. Lucentum. XXXI (2012). ISSN 0213-2338, pp. 147-164 [consultar pdf]

FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, Carmelo. “POST VESTIGIUM EXERCITUS. Militaria romana en la región septentrional de la Península Ibérica durante la época altoimperial”. in Actas del IIº Congreso de Arqueología Militar Romana en Hispania / Proceedings of the Second Congress of Military Archeology in Roman Hispania, Publisher: UNiversidad de León / University of Lion (Spain), Editors: Ángel Morillo Cerdán, pp.257-308
[consulta pdf]

Así que analizando los vestigios defensivos de Outeiro de Arnás y las evidencias físicas localizadas, podemos avanzar una conclusión preliminar, que posteriormente se matizará con la investigación en laboratorio: estamos ante un castellum romano, una pequeña fortificación militar, en una zona en la que hasta el momento no se había localizado una presencia romana de este tipo.

¿Qué son los castella?

En el mundo romano, dentro de los diferentes tipos de fortificaciones, los castella (singular castellum), eran unos recintos de pequeño tamaño (ca. 0.20-0.80 ha). Dichos recintos son diferentes a los campamentos de marcha o de campaña, no sólo por sus dimensiones inferiores (permitirían el acantonamiento de entre una y cuatro centurias -80-320 soldados-, aproximadamente), sino que también por su localización, habitualmente ocupando puntos de muy buena visibilidad y con unas particulares condiciones naturales de defensa. Podría decirse que se encuentran dentro del espectro de las fortificaciones guarnecidas durante algo más que una simple jornada, llegando en algunos casos a ser ocupadas durante meses (ocupación temporal-estacional).


A Recacha (Navia de Suarna, Lugo / Ibias, Asturias) – El Pedrón (Cantabria)

Este tipo de sitios arqueológicos non son tan fácilmente reconocibles como los campamentos de marcha con forma de naipe, y muchas veces fueron catalogados como castros. Así, pueden tener formas tendentes al rectángulo con esquinales redondeados, ovalados, o abiertamente irregulares. En los últimos años se vienen documentando con mayor frecuencia en el Noroeste peninsular, y así podemos referir ejemplos como los de Cildá (Cantabria), El Pedrón (Cantabria) o el recinto interior de El Picu El Outeiro (Asturias). En Galicia sólo se conocía hasta agora el recinto de A Recacha (Navia de Suarna, Lugo/Ibias, Asturias), descubierto hace poco tiempo. Sin embargo, Outeiro de Arnás se sitúa en un contexto paisajístico diferente. Frente a otros enclaves, localizados en un entorno de alta montaña, éste se ubica sobre un promontorio en la ladera de un amplio valle fluvial. Este descubrimiento contribuye a diferenciar el registro arqueológico relacionado con la presencia militar romana en el Noroeste.

Durante mucho tiempo, la presencia militar romana en el territorio de la actual Galicia era un vacío, más allá de los campamentos permanentes conocidos, Cidadela (Sobrado dos Monxes) e Aquis Querquernnis (Bande), ambos posteriores a la conquista romana. Con mucho trabajo, esta situación comienza a cambiar, de manera notable en los últimos años. En Romanarmy.eu una de nuestras líneas de trabajo es desarrollar nuevas metodologías para identificar sitios arqueológicos militares romanos ligados a la conquista de un territorio tan modificado a lo largo del tiempo como la actual Galicia. Queremos comprender qué aconteció en este territorio entre indígenas y el ejército romano, más allá del silencio de las fuentes escritas. Outeiro de Arnás es un ejemplo de nuestro trabajo, pero en los próximos meses podréis ver significativos avances en la investigación sobre la presencia militar romana en Galicia. Vamos paso a paso, pero el avance en el conocimiento en pocos años es impresionante, y todo parece indicar que la investigación conseguirá avanzar mucho más.

Y continuamos aún más arriba…

A partir de mañana comenzamos a trabajar en o Alto do Circo, una fortificación más destacada en altura, de planta circular, rodeado de folklore y leyendas de las comunidades locales (que hablan de una escaramuza contra los franceses en dicho sitio), y que nos enfrenta a desafíos distintos. Vamos a ver qué nos encontramos. Síguenos en Romanarmy.eu para contarlo.

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El “Proxecto de prospección arqueolóxica mediante técnicas de teledetección dos sitios arqueolóxicos de Outeiro de Arnás y Alto do Circo (Verín, Ourense)” está coordinado por el colectivo RomanArmy.eu y cuenta con el apoyo del: Concello de Verín (Ourense), Grupo de Investigación Síncrisis (Universidade de Santiago de Compostela), Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) del CSIC y la asociación Monterrei Cultura e Territorio. Puedes consultar el décalogo de actuación de romanarmy.eu aquí.

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Uno de los grandes desafíos del equipo de investigación de romanarmy.eu es entender de manera integral el proceso de acción del ejército romano en el NW. Los arqueólogos trabajamos con una serie de formas definidas a la hora de reconocer campamentos romanos: la más típica y popular es la forma de “naipe”, ese gran campamento en forma de carta de baraja del que reconocemos sus trazas a partir de fotografías aéreas, datos LiDAR, etc. Los campamentos en forma de naipe contenían grandes contingentes de tropas, pero desde luego, hoy sabemos que no son las únicas formas de campamentos reconocibles que aparecen asociadas al ejército romano.

La cosa se complica, además, cuando hablamos de unidades más pequeñas, vinculadas al control de territorios muy concretos, y, sobre todo, vías de comunicación; la teoría es que estas unidades militares más pequeñas están asociadas a fases más avanzadas de los procesos de conquista. En este caso, las fortificaciones ya no tienen una traza de naipe, sino que prestan especial atención al aprovechamiento de las formas del terreno, aunque sí mantienen la lógica militar romana. El ejército imperial tenía normas muy definidas para establecer sus asentamientos y, más allá de esas formas rectangulares y esquinas redondeadas, resulta fundamental comprender la lógica de los mandos de cada unidad a la hora de establecer una nueva posición militar. Es aquí donde se inicia todo un trabajo de documentación, comparación, análisis…

A lo largo de 2016 examinamos estos dos lugares del valle de Monterrei: o Outeiro de Arnás y o Alto do Circo. O Alto do Circo ya aparecía catalogado en el PXOM de Monterrei como un recinto defensivo altomedieval, mientras que o Outeiro de Arnás fue reconocido por nuestro equipo a partir de técnicas de teledetección. Se encuentras este último justo al borde de la autovía A-75, situado a 426 metros de altura. Se trata de un recinto de planta poligonal, constituido por un pequeño talud de tierra que apenas se levanta uns 0,5 metros y un pequeño foso en la parte más accesible hacia el Norte. La superficie total interior es de 0,5 hectáreas. A pesar de que, por tamaño, podría coincidir con un pequeño castro, lo cierto es que el pequeñísimo parapeto y su planta poligonal eliminaban tal hipótesis, ya que los castros tienen murallas de una gran altura y tienden a mostrar trazados más bien circulares. En estas fotos se puede ver cómo el talud apenas se levanta respecto a la superficie circundante del terreno.

La cuestión por definir es la adscripción cronológica de este lugar. Porque tenemos que tener en cuenta que estamos en Verín (Ourense), en una zona que, además de ser frontera durante muchos siglos, fue también cruce de caminos. Una fortificación construida justo en una zona de importantes comunicaciones puede vincularse con épocas muy distintas y, de hecho, desde un primer momento, junto a la hipótesis de una posición romana, también se pensó en una fortificación de época moderna (siglo XVII) asociada a las guerras entre los reinos de España y Portugal. De hecho, una de las arqueólogas del equipo, Rebeca Blanco-Rotea, es especialista en este tipo de fortificaciones, por lo que su punto de vista resulta fundamental para completar la mirada de los arqueólogos especializados en época romana. Para nosotros, este aspecto es muy importante: en Romanarmy.eu no pretendemos llevar una hipótesis hasta el final; nos interesa también la interacción con otras épocas, las diacronías, los paralelos y semejanzas entre ejércitos y operaciones militares. Todo esto genera una base documental que nos permite seguir las trazas de los acontecimientos bélicos con más fiabilidad.

La prospección en o Outeiro de Arnás duró dos días. Fueron dos jornadas de trabajo incesante en las que se comenzó a reconocer el recinto. Tras la limpieza, la fortificación comenzó a aportar información, desde una hilada de piedras exterior, pasando por la aparición de dos importantes puntos de observación sobre el propio parapeto, uno de ellos con una gran acumulación de piedra en superficie. El equipo delimitó cuatro calles de 3 por 60 metros, y adicionalmente otras dos, cubriendo zonas interiores del recinto y llegando hasta los parapetos. Aproximadamente, se prospectó un 40% del yacimiento, una cifra aceptable. Y durante esta prospección, aparecieron 38 evidencias materiales que ahora están en proceso de análisis y que nos permiten aproximarnos a la cronología de uso de o Outeiro de Arnás. Una primera visión que abre perspectivas historiográficas muy importantes.

Pero os las contaremos esta noche. Publicaremos un nuevo post a las 21:30 con los resultados preliminares de Outeiro de Arnás. Síguenos en romanarmy.eu o en nuestro facebook para conocer más.

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La imagen popular e un campamento romano de marcha es la de un gran naipe fortificado de varias hectáreas de tamaño. En su interior pasa la noche un contingente militar de miles de hombres antes de continuar su avance por el territorio. Pero los procesos de conquista, dominio y control son procesos largos y complejos. ¿Es posible identificar arqueológicamente sitios fortificados vinculados al ejército romano que rompan este esquema y acojan contingentes más reducidos? Si existen, ¿qué función desempeñan?, ¿qué cronología tienen? ¿qué papel juegan en el control del territorio, los recursos y las vías de comunicación?

El equipo Romanarmy.eu inicia en Verín (Ourense) una campaña de prospección arqueológica en dos sitios arqueológicos fortificados que, por sus características, no encajan dentro de los parámetros de las estructuras tradicionalmente reconocidas para la Edad del Hierro -los castros- o de  las fortificaciones bajomedievales: o Outeiro de Arnás y o Alto do Circo. Así que se presenta un reto científico fascinante: ¿a qué época pertenecen y quién los construyó? El objetivo de estos trabajos es avanzar en su conocimiento e indagar si pueden ser potenciales estructuras de época romana, o bien de otros períodos menos conocidos de nuestra Historia y Arqueología. El valle de Monterrei y la zona de Verín, tradicional zona de paso y de frontera estratégica a lo largo de los siglos, es un espacio de gran interés histórico para conocer los diferentes procesos de fortificación a lo largo de la Historia. Nuestra campaña se realizará entre el lunes 17 y el sábado 22 de abril.

O Outeiro de Arnás y o Alto do Circo son una muestra de lo importante que es la investigación científica para comprender los sitios arqueológicos. Ambos enclaves tienen características que nos hacen pensar podrían estar vinculados al ejército romano, pero también tienen otras que lo descartan. El objetivo del equipo, por lo tanto, es ir más allá e intentar explicar estos dos interesantes lugares. Una magnífica oportunidad para hacer ciencia en acción y disfrutar de su práctica.

¡SÍGUENOS DURANTE TODA LA CAMPAÑA!

Presentación del proyecto a la población local:

Facebook Live: del lunes 17 al sábado 21 de abril en el Facebook de Roman Army. A las 12.30 horas, los arqueólogos te contarán en directo la campaña. Y adeás, anécdotas y curiosidades a lo largo del día.

Web de Roman Army: cada dos días, crónica en profundidad en esta web.

Sábado 22 de abril:

Conclusiones preliminares. Conferencia pública en Verín organizada por el Concello. Estamos pendientes de saber la hora.

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Talud de Xuegu la Bola

Hay una especie de ley de Murphy arqueológica que cuenta que en el último día de una prospección o excavación siempre aparece un hallazgo importante.

Por nuestra parte, podemos confirmaros que es así.

Despues de tener éxito en Cueiru, en donde localizamos un conjunto de materiales asociados al ejército romano, empezamos la prospección en el siguiente sitio arqueológico: Xuegu la Bola, del que os hablamos estos días. A 1.700 metros de altitud las condiciones de trabajo son más duras: un viento frío recorre las dorsales y nos pega todo el día en el cuerpo, no hay lugares de refugio y las condiciones empinadas del yacimiento hacen el trabajo de prospección extenuante.

Y hay más. El día 6 ha amanecido pesado, con las nubes bajas, lleno de niebla. Andrés Menéndez y David González especulan que quizás El Xuegu la Bola sobresalga por encima de la niebla, como otras veces, pero al atravesar la braña de Piedraxueves ya nos damos cuenta que no va a ser así. Estamos metidos en el medio de una espesa nube que no tiene ninguna pinta de moverse. Ha llovido toda la noche y la pista es un barrizal. Ni siquiera la música de Daft Punk, que João Fonte pincha siempre que tenemos que atravesar un complicado arroyo, sirve para que el todoterreno consiga remontar terreno, así que nos exponemos o a hacer intentos peligrosos y absurdos de remonte con el coche o a cargar con el equipo y acceder al campamento andando, por la vía de la Mesa. Acabamos decidiendo esta opción.

El problema es que en los dos días anteriores y en lo que llevamos de tercero el yacimiento no ha respondido nada: está arqueológicamente mudo, aunque aparecen pequeños descubrimientos que nos entusiasman, como una posible cabaña o corral en una especie de terraplén, en la zona alta de El Xuegu. Si en Cueiru los días de trabajo nos ofrecieron una importante colección de materiales –de los cuales, muchos posteriores al mundo romano-, aquí en Xuegu la Bola no aparece nada. El aislamiento del lugar quizás influya en la ausencia de materiales. “Estamos trabajando desquiciados”, señala David, que plantea irse. La tozudez de otros miembros del equipo, como José Costa, hacen que decidamos estar más tiempo.

Prospectamos en una zona baja, no lejos de una de las claviculae de entrada del recinto. En nuestros vuelos con drone podemos apreciar de manera impresionante el talud en uno de los lados. Sabemos que El Xuegu es una estructura arqueológica enorme, pero se resiste. Incluso para el drone. La niebla asciende la montaña y luego se derrumba por la dorsal del campamento, impidiéndonos trabajar en el modelo 3D al cerrarnos la visibilidad en un área tan grande como la de El Xuegu.

Hasta el último momento, en el que todo cambia. El equipo localiza una pieza magnífica, que es retirada y documentada con máxima precisión. “Se trata de una pieza de enmangue tubular”, describe José Costa, “que iría encajada en un mástil de madera y que, probablemente es un venablo, un arma ligera y arrojadiza. Esta tipología se usa a lo largo de la historia pero en este caso, por el contexto y el grado de deterioro en el que apareció, puede pertenecer a época romana”.

Y no es la única. Aparecen otros fragmentos también vinculados al equipamiento militar que cambian la visión e interpertación del yacimiento, asociándolo ya a la presencia militar romana en el camino de la Mesa. La hipótesis inicial, determinada por el equipo a partir del estudio de los datos LIDAR, la ubicación y la morfología del lugar, queda confirmada. Junto con la Carisa, el Xuegu la Bola es uno de los campamentos a más altitud del ejército romano.

La campaña ha sido tremendamente satisfactoria. “Tenemos piezas como fragmentos de pilum, tachuelas, un cuchillo afalcatado que, a falta de su restauración y estudio detallado, se asimilan a materiales recuperados en otros castra aestiva del NW”, señala David González.

En la Mesa la historia y el pasado son hijas de la niebla, que nos esconde cosas y nos muestra otras, a veces claramente, otras veces de manera borrosa. La ciencia es, aquí, el ejercicio de intentar ver a través de la niebla. Cuando esta se abre, en lo alto del Xuegu la Bola, se divisa a lo lejos el puerto de la Mesa, por donde entraron las legiones hace dos mil años desde la cuenca del Duero. Cada doce quilómetros establecieron un nuevo campamento para miles de soldados. Aquí, en el Xuegu la Bola, el yacimiento más al sur en territorio astur en esta sierra, por ahora se pierde el rastro de este contingente de soldados que cambió la historia del noroeste.

Las investigaciones nos permiten avanzar, poco a poco, en este episodio. Ahora restan muchas horas de estudio de los materiales, de laboratorio, y de nuevo con el resto de las herramientas. El año que viene tocará avanzar de nuevo en campo. Allí estaremos nosotros y os invitamos a que nos acompañéis. Gracias por seguirnos en esta campaña.