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Desde Teverga la subida a nuestra zona de estudio está entre hora y hora y media, dependiendo de las condiciones climáticas. Una hora a tumbos por la sierra de la Mesa dan para mucho. Los miembros del equipo van observando un paisaje que cuenta mucho más que una conquista romana.

“Miramos y pensamos que nosotros estamos estudiando un periodo histórico muy concreto. La guerra de conquista y ocupación provocó un cambio tremendo en este territorio, una ruptura con los paisajes de las comunidades castreñas”, señala David González. “Pero a veces no somos conscientes de otros acontecimientos que también generan enormes rupturas”.


Venta de Piedra Xueves

Porque la sensación del equipo es de atravesar un paisaje agonizante, un paisaje que desaparece. Aquí y allá el equipo recorre en el 4×4 enormes extensiones de pastizales. Y aquí y allá reconocen ruinas que hablan de otros procesos culturales, de una ganadería que se abandona y se transforma. “Podríamos hacer retroceder hasta el Neolítico el paisaje de aprovechamiento ganadero, y los primeros grupos de pastores, pero ahora mismo está desapareciendo”.

“Sólo una pequeña parte de los materiales que recuperamos en los campamentos son romanos”, señala Andrés Menéndez, porque estamos viendo territorios que fueron continuamente reocupados, y no sólo por conflictos bélicos posteriores. “Clavos de herraduras, herraduras, cencerros, tijeras de esquilar…”, enumera Menéndez. Y tiene sentido, porque los paisajes se van superponiendo en el tiempo. “Sólo en Cueiru, a los pies del campamento, hai más de veinte cabañas en el suelo”. Ese lugar fue un espacio central durante siglos para las comunidades que vivían alrededor de la sierra de la Mesa, que hacia el final del verano organizaban allí una gran romería a la que acudía gente de todas las aldeas.

Hasta el punto de que durante la charla que romanarmy.eu dio el sábado por la noche a los vecinos de Teverga, uno de ellos preguntó si las legiones escogían como campamentos espacios simbólicos importantes para los indígenas. José Manuel Costa se encogió de ombros y respondió: “es la pregunta del millón. No se puede cerrar nada. Es muy posible que haya motivos sobre todo militares, pero sabemos que los romanos con frecuencia intentan apropiarse de la simbología anterior como una manera de integrarla”. El vecino estaba recordando la importancia simbólica de la romería de Cueiru. Es posible que nunca sepamos cuáles fueron todos los criterios del mando romano para asentarse en Cueiru, pero quizás esa centralidad que hace que en él se celebre una romería compartida por todos tenga algo que ver con la elección, de forma directa o de forma indirecta.

“Nosotros estamos estudiando un proceso de cambio cultural pero en realidad, aquí arriba, ahora mismo está sucediendo otro”, apunta David González. Ese cambio es una derrota: la del viejo sistema ganadero de la Asturias tradicional.

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Al cuarto día abandonamos Cueiru para enfrentarnos al siguiente yacimiento. Se trata del Xuegu la Bola. “Se encuentra a 1700 metros de altitud y es el campamento que se encuentra más al sur por la Vía de la Mesa”, señala Andrés Menéndez, quien lo localizó hace un año a través del LIDAR, “sería el primero que se encontraría de toda la linea de campamentos, si el ejército romano avanzó desde el sur, desde León”. Menéndez sólo había accedido a este lugar una vez, en invierno ,cuando el recinto se podía identificar a través de la acumulación de la nieve en los fosos, un “truco” que funciona en estas montañas asturianas para poder ver casi lo invisible, los rastros mínimos del campamento en el territorio.

Acceder a Xuegu la Bola es una experiencia impresionante en la montaña. Siguiendo el camino real de la Mesa, hay que cruzar la braña de Piedra Xueves, con una antigua venta en la que durmió Gaspar Melchor de Jovellanos, y en la que el ilustrado identificó la posible explicación del topónimo del lugar: un ara romana dedicada al dios Júpiter, que en el noroeste tantas veces aparece asociado a las altas montañas. El camino lleva hasta el Xuegu la Bola, un espectacular mirador sobre la grandiosa sucesión de montañas de Somiedo y Teverga. Estamos en uno de los campamentos romanos más altos de toda Europa, y eso se nota.

“El yacimiento es impresionante”, asegura José Costa, “una cosa es verlo sobre el papel y otro es verlo. Es increible que esta gente haya podido llegar hasta aquí”, expresa con admiración Costa. En el Xuegu la Bola, una especie de cañada gigantesca, el campamento ocupa una de las laderas, subiendo muy en pendiente hasta alcanzar un cordal que funciona como un enorme balcón en el que se distingue al final, el puerto de la Mesa. “Allí debería haber otro campamento”, comenta Andrés. El equipo lo ha buscado pero aún no aparece.

Costa reflexiona sobre como “siempre es necesario reconocer en campo los yacimientos. Aquí en el Xuegu hemos podido reconocer sobre el campo casi todo el perímetro pero hemos confirmado que dos estructuras que en el LIDAR nos parecía clavículas, las peculiares puertas de estos campamentsos, en realidad eran afloramientos rocosos. Pero hemos encontrado otras clavículas que no habíamos visto desde las fotos satélites y los modelos previos”.

Un grupo de buitres sobrevuela los extremos de este impresionante lugar, los rebecos saltan por los riscos y los caballos pastan tranquilos en este lugar alejado, en el que la naturaleza presume de gigantismo. João Fonte, el especialista tecnológico del equipo, experimenta en carne propia los rigores de la arqueología de alta montaña. “Empleamos un sistema GPS para geolocalizar todos los puntos con una precisión submétrica, pero el sistema necesita una mínima conectividad móvil. Cuando quisimos registrar la clavícula vimos que era casi imposible obtener los datos para cada uno de los puntos”.

Ahora comenzamos la búsqueda de evidencias. ¿Podremos confirmar que Xuegu la Bola fue también un campamento de las legiones? ¿Nos dejará el Júpiter de la braña saber la verdad sobre este lugar?

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Día 3. Las legiones aparecen

Tras tres días de investigación nuestras investigaciones previas con las tecnologías de detección han tenido una verificación directa sobre el terreno. Ya podemos avanzarlo. Confirmamos presencia militar romana en Cueiru. “Hemos recogido en campo un conjunto de materiales de diversos tipos asociados al tipo de material que se suele localizar en un campamento temporal de este tipo”, afirma el arqueólogo José Manuel Costa.

Pendiente de una investigación más exhaustiva y de la limpieza detallada de los materiales, nuestro equipo ya dispone de evidencias alrededor del tipo de ocupación que hicieron las legiones romanas en este lugar y ya se abren nuevas hipótesis sobre este yacimiento. Hay que tener en cuenta que buscar evidencias en los campamentos temporales romanos es como buscar una aguja en un pajar. Estos recintos estaban habitados de manera provisional por muy poco tiempo, por lo que quedan rastros mínimos de ocupación. Así que nuestro equipo en campo ha encontrado la aguja.

La aguja más bien es parte de un cuchillo que “por su tipología encajaría en este periodo”, afirma José Manuel Costa, “junto con varios vástagos y piezas de hierro que encajan con las tipologías de clavijas de las tiendas de campaña” que son muy características de estos campamentos de marcha. Otro conjunto de materiales están pendientes de una restauración que permita determinar su función y forma.

Para David González, también en campo, “confirman la sospecha de la importancia de la vía de la Mesa como ruta de penetración del ejército durante la fase de conquista y control territorial de esta área. No es una idea nueva. Varios autores la llevan sosteniendo desde mediados del siglo XX. Pero lo importante es que en los últimos años al menos cinco espacios fortificados en la Mesa potencian la fuerza de esta idea”. David González señala la relevancia historiográfica de estos nuevos hallazgos: “creemos que la vía de la Mesa tiene la misma importancia que otras más conocidas en Asturias, como la de la Carisa”.

Dos episodios?
Tres días en la montaña dan para mucho. Una clave es que, por mucho que se estudien estos recintos militares desde el espacio, no es lo mismo que estudiarlos directamente sobre el terreno, percibir las condiciones climáticas, la visibilidad y la disposición del terreno. “Ya percibíamos en las imágenes LIDAR que aquí había dos recintos”, afirma José Manuel Costa, “uno de ellos se ajusta y ciñe una cumbre desde la que controla la vía, pero ahora estamos pensando que hubo dos momentos de ocupación. En una segunda fase este campamento se pudo ampliar y se extiende a otra cumbre que controla más territorio y tiene una mayor superficie de acampada y más abrigada del viento”.

La arqueología por ahora no alcanza a saber por qué en Cueiru se pudieron producir dos episodios de ocupación romana. Constatar esta hipótesis requeriría una intervención más amplia, pero el horizonte está abierto. La ciencia está descubriendo lo que no cuentan –no sabemos por qué- las crónicas de los vencedores. Pero aún nos queda mucho, muchísimo, por investigar aquí. Ya estamos mirando en el horizonte el Xuegu la Bola, nuestro próximo destino en estas montañas. Continuad con nosotros esta semana!

Para saber más:

El Mouru y la presencia del ejército romano en La Mesa [descarga en PDF nuestro artículo]

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Día 2 en La Mesa. La Guerra Eterna

La jornada de hoy está mostrando que detrás de la apacible y bucólica visión de estas montañas se esconde una historia tormentosa de conflictos, batallas y guerras por el control de una importante vía de acceso al norte peninsular. Aunque el yacimiento de Cueiru (Teverga) reúne características de un establecimiento legionario temporal, el asunto ya parece mucho más complejo.

Despues de preparar el área del campamento para su investigación a través del establecimiento de la cuadrícula que os contábamos ayer, el equipo ha comenzado la prospección sobre el terreno. Y no han tardado en aparecer los primeros materiales. Y son materiales de guerra…pero de distintas épocas entre si. Aquí están los testimonios de conflictos sucedidos en el tiempo. Ejércitos y soldados que llevan escogiendo este lugar estratégico, controlando el paso de la Mesa, para ubicarse y combatir durante cientos de años.

Valentín Álvarez, arqueólogo especialista en arqueología del conflicto en edad moderna y contemporánea, hace una primera valoración de algunos de los materiales exhumados, pendiente de una revisión más profunda en laboratorio.


“Esta es una vaina de un arma larga de fuego central, posiblemente de la Guerra Civil”, identifica Álvarez. La arqueóloga Rebeca Blanco-Rotea, especialista en fortificaciones modernas, también revisa el material desde Braga (Portugal) al poco de su aparición y coincide: “La vaina, a priori, coincide con el mismo tipo de munición que pudimos documentar en el castillo de San Felipe, en Ferrol, cuando excavamos un foso en el que sabíamos que se habían realizado una serie de fusilamientos durante la Guerra Civil. En aquel caso concreto esta munición estaba hecha en una fábrica sevillana entre el año 1936 y 1938”.

En el caso del segundo objeto enviado por el equipo que se encuentra en la montaña, Valentín Álvarez lo identifica como: “un proyectil esférico de un arma de fuego de avancarga, podría moverse entre los siglos XVIII y XIX. Obviamente no es fácil de interpretar. Pueden ser de conflictos como la carlistada o la francesada, o simplemente pueden ser de caza”.

El resultado por el momento es tan intrigante como fascinante. Desde Cueiru, el arqueólogo David González señala la importancia de la documentación previa antes de meterse en trabajos de campo. El equipo conoce bien que la vía de la Mesa ha sido objeto de conflictos a lo largo de la Historia. “Pensemos en la fortificación lineal de El Muru, aquí en la Mesa. El equipo de Jorge Camino consiguió datar por radiocarbono su construcción, y fue en época altomedieval, entre los siglos VII y VIII. Además, localizaron materiales arqueólogos relacionables con elementos militares medieval y por documentación se piensa que fue también usado en la Guerra de la Independencia para frenar el avance de las tropas francesas”.

“Es importante cruzar todas las fuentes de información que tenemos, su vinculación con las vías de comunicación y que empiezan a aparecer a algunas piezas metálicas de munición. En el caso de la vaina a priori parece del mismo tipo de las que podemos documentar en el castillo de la Palma en Ferrol, en un foso donde sabemos que se habían realizado una serie de fusilamientos durante la Guerra Civil. Naquel caso en concreto parécenme que estaban feitos nunha fábrica sevillana”,

La Mesa vivió batallas como la de Lutos, en el año 794 cuando las tropas de Abd al-Malik, que habían vencido a los francos el año anterior, cayeron emboscadas por el ejército de Alfonso II en un lugar angosto, posiblemente en la zona septentrional del camino de la Mesa. Y también fue escenario de refriegas durante la Guerra Civil.

Así que el equipo está encontrando lo esperado. Un lugar en el que, por su posición, se han sucedido guerras, combates y ejércitos a lo largo de al menos dos mil años. “Es posible que a lo mejor alguna de las estructuras que estamos identificando se correspondan con trabajos de un ejército no romano, o que fueran reaprovechadas?”, especulan ahora en voz alta los miembros del equipo. “Claro que hay que ser cautos con las estructuras terreras”, señala Rebeca Blanco-Rotea, “porque este tipo de estructuras están documentadas no sólo en época romana, sino también en otros momentos, como durante la construcción de fortificaciones abaluartadas o incluso la Guerra de la Independencia, aunque creo que por su configuración las que vemos en la Mesa es muy posible que sean romanas”.

Hasta el momento, los materiales encontrados nos habla de muchas épocas, de una sucesión de conflictos sucedidos en lo alto de las montañas asturianas, pero las legiones aún no han aparecido. Pero esto aún acaba de empezar. Veremos que depara el día. Sigan conectados porque mañana tenemos más sorpresas.

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Romanarmy en acción: investigamos dos posibles campamentos en La Mesa

• Se trata de los recintos de El Xuegu la Bola (Arvechales, Somiedo) y Cueiru (Taxa, Teverga), ubicados a 1700 y a 1440 metros de altitud, siendo los yacimientos militares romanos a más altitud de la Mesa.
• En el proyecto intervienen arqueólogos de diferentes instituciones científicas españolas y europeas vinculados al grupo romanarmy.eu
• La difusión de los hallazgos se hará en tiempo real a través de las redes sociales, en un experimento de divulgación científica

Comprobar la cronología y la adscrición romana de dos importantes recintos militares de la vía de la Mesa, uno de las principales itinerarios de entrada a Asturias desde hace miles de años, es el principal objetivo de la campaña de prospección que se inicia este domingo y durará hasta el lunes 10 de octubre. Un equipo científico conformado por arqueólogos del Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT) del CSIC, de las Universidades de Oviedo y Santiago de Compostela, así como de las universidades de Durham y Exeter (Reino Unido) y Amsterdam (Holanda) se encuentra ya sobre el terreno realizando las tareas de prospección arqueológica. La dirección del proyecto se lleva a cabo por los arqueólogos Andrés Menéndez Blanco, José Manuel Costa y David González.

Divulgación en tiempo real
Una de las principales novedades de la campaña arqueológica es la voluntad de difusión y retransmisión en tiempo real de los trabajos arqueológicos, aproximando de esta manera la metodología y la práctica científica a los ciudadanos. La comunicación se realizará en las redes sociales, en el facebook de Roman Army (www.facebook.com/romanarmynw) y en la web corporativa del grupo: www.romanarmy.eu y facilitará a todos los interesados seguir los avances en cuanto al reconocimiento de los yacimientos y a su interpretación. A través de formatos didácticos, se ensayarán nuevos procedimientos y estrategias de comunicación científica dirigida al público general.

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