Historias, Yacimientos

Una aguja en un polígono: el campamento de Campos (Vila Nova de Cerveira, Vale do Minho)

O Baixo Miño desde o Alto do Cervo
El Bajo Miño desde el Alto do Cervo

Campos se emplaza en el entorno de São Pedro da Torre (Valença, Portugal), a orillas del río Miño. Aquí, los gallegos construyeron una fortificación terrera de planta estrellada, el fuerte de San Luís Gonzaga, durante la Guerra de la Restauração Portuguesa (1640-1668). Como estrategia para cortar el avance a estas tropas en tierras portuguesas, narran las crónicas que, equidistante a tiro de cañón de este fuerte, los lusos construyeron una serie de atalayas y fortines, de los cuales al menos uno de ellos se situaría en el lugar de Campos.

Fortificacións construídas en torno ao Forte de San Luís Gonzaga en São Pedro da Torre (Valença), entre as que se atopa o Fortim de Campos.
Fortificaciones construidas en torno al Fuerte de San Luís Gonzaga en São Pedro da Torre (Valença), entre la que se encuentra el Fortim de Campos.

Cuando se intentó comprobar en campo la pervivencia de restos arqueológicos relacionables con este episodio histórico, la zona ya estaba arrasada por la construcción de un polígono industrial en la década de 1980. Es por ello que se recurrió al análisis de las imágenes satelitales de Google Earth y de las fotografías aéreas históricas  existentes para esta zona de Portugal (Vuelos RAF 1947, SPLAL 1949 y USAF 1958). Fue entonces cuando se identificó una estructura de grandes dimensiones y planta cuadrangular con los esquinales redondeados. En su interior se hallaron además los restos de otra estructura que sí podía corresponderse con una fortificación de época moderna.

Figura2b
Visita a la Zona Industrial – Polo I de Vila Nova de Cerveira, en la que se localizaría el campamento de Campos.

Tras llevar a cabo un estudio morfológico del recinto mayor concluimos que se trataba de un campamento romano reocupado durante la Guerra de la Restauração. Mediante el empleo de técnicas fotogramétricas  pudo apreciarse la existencia al interior de un amplio espacio allanado, una elevación artificial correspondiente a los restos del parapeto campamental y una depresión que se relaciona con un único foso. Además, las condiciones del lugar son las idóneas para el establecimiento de un asentamiento militar: un terreno con una suave pendiente, saneado, con buena visibilidad sobre el entorno y flanqueado por el río Miño y el Ribeira de Campos. Pese a no conocerse la extensión total del recinto, no cabía duda de que se trataba de un ejemplar de notables dimensiones que podría albergar a un destacamento militar importante.

Comparación entre la ortoimagen del PNOA de 2008 y la ortofotografía realizada a partir de los fotogramas USAF58.

El descubrimiento de Campos implica la documentación de los primeros castra aestiua positivamente identificados en el área norte de Portugal. Además, constituye el segundo recinto militar romano registrado en el área occidental de la antigua Gallaecia, tras O Cornado (A Coruña). Ello permite recuperar viejas interrogantes históricas respecto al alcance y finalidad de la presencia militar romana en la región en relación con el proceso de integración de la misma en el orbe romano.

Fotointerpretación de la estrutura de mayores dimensións documentada en Campos, realizada sobre una ortofoto obtenida a partir de los fotogramas SPLAL 1949.

Pese a todo existe aún en Campos la posibilidad de que se conserve una pequeña zona intacta. Su estudio con las técnicas arqueológicas adecuadas permitiría profundizar en el conocimiento y datación de los castra aestiua. Sólo falta encontrar esta pequeña a aguja en el polígono.

Rebeca Blanco-Rotea

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